Y arremolina la memoria las una y mil historias de una vida corta y pasiva, feliz y herida. Llena de esas cosas q te duelen y te fascinan.
La adicción carnal destruye tu capacidad cerebral, ya no puedes ni conservar la serenidad.
Lástima que las historias leídas son las de las víctimas sino tal vez muchos se salvarían; pero más mueve a la pluma la derrota que la victoria, el dolor que la satisfacción, escribir es como rezar: se suele usar sólo ante la necesidad.
Y sonrío al recordar tu historia que hoy adorna mi memoria como un cuadro de disección de mariposas: bizarro y fascinante, enfermo y discordante y que sin importar si guste o no siempre parecerá bello...bello como tú.
La adicción carnal destruye tu capacidad cerebral, ya no puedes ni conservar la serenidad.
Lástima que las historias leídas son las de las víctimas sino tal vez muchos se salvarían; pero más mueve a la pluma la derrota que la victoria, el dolor que la satisfacción, escribir es como rezar: se suele usar sólo ante la necesidad.
Y sonrío al recordar tu historia que hoy adorna mi memoria como un cuadro de disección de mariposas: bizarro y fascinante, enfermo y discordante y que sin importar si guste o no siempre parecerá bello...bello como tú.
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