De esos amores intermitentes y que se dan sólo con las zonas erógenas del cuerpo.
De esos amores tan incorrectos, pero tan buenos.
De esos amores en los que se conocen cada movimiento pero ignoran cada pensamiento.
De esos amores donde el corazón no interviene.
De esos amores donde no se hiere.
De esos amores que son la utopía de los heridos y los dolidos.
De esos amores que no pueden morir porque no están vivos.
De esos amores vacíos que se usan para tapar otra oquedad.
De esos amores… que no lo son.