Yo no pienso tu nombre, yo no pienso en ti.
Y es que cuando se trata de ti, yo no pienso.
Y es que cuando se trata de ti, yo no pienso.
Yo no creo en tu palabra, yo no creo en mí.
Y es que cuando se trata de nosotros, yo no creo.
Y es que cuando se trata de nosotros, yo no creo.
Y cuando en las noches te sudo, nos olvido más que nunca.
Y es que no se puede tener memoria para estar juntos.
Y es que no se puede tener memoria para estar juntos.
Yo no pienso, no creo, no recuerdo, sólo siento. Y eso es suficiente, puede que no para la eternidad, ni para la salud, puede que no para la humanidad, ni para mi juventud; pero sí para aguantar, tal vez hasta mañana, y mañana es suficiente, porque mañana sin ti es una eternidad. Y yo seré más fuerte, pues habré sobrevivido una eternidad a punta de sentir y no pensar.
Pero hoy me levanté y pensé, y ya no te hice el amor, sino que sólo follé. Y fue mejor, porque no sentí, y creí (en mí), y pensé, ya no te recordé, pero tampoco te olvidé. Y mañana no fue una eternidad, y me aprendí tu nombre. Y me fui y no volví y no sentí.
Y fue suficiente.
Bravo! muy bueno! muy muy bueno! rico de leer, familiar, acogedor, una conversación con el lector consentido por las imágenes; nuevamente impactas con la sencillez de la palabra. me gustó mucho (así no importe)
ResponderEliminarMuchas gracias
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